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La mordida cruzada: causas y tratamiento

La mordida cruzada es una de las maloclusiones más comunes que existe. Se da cuando existe una relación incorrecta entre los huesos maxilares superior y mandíbula, y/o en el encaje de los dientes, lo que hace que los dientes superiores queden por detrás de los inferiores. El momento ideal para poder tratarla y evitar problemas mandibulares en un futuro es alrededor de los 6 años, durante la etapa de crecimiento de una persona, y suele resolverse mediante ortodoncia.

Te contamos todo lo que debes saber sobre este tipo de mordida y qué tipos de tratamientos existes para solucionarla.

Causas de la mordida cruzada

Generalmente, la mordida cruzada aparece cuando existen alteraciones durante el crecimiento de los huesos y dientes.

Entre las causas más comunes, encontramos:

  • Influencia genética. El componente genético siempre tiene un papel fundamental en el desarrollo de las personas a todos los niveles y, por supuesto, también influye en la salud bucodental.
  • Hábitos contraproducentes. Nuestras costumbres pueden llegar a provocar una modificación en nuestro crecimiento mediante malos hábitos dentales, que a su vez pueden aparecer durante la infancia o en la adultez. Cuando hablamos de mordida invertida, debemos tener en cuenta costumbres como la succión del dedo pulgar en bebés, la colocación de la lengua en ciertas posiciones o la respiración bucal.
Entre los principales problemas que acarrea la mordida invertida destaca principalmente la dificultad al morder, ya que los dientes no reciben la fuerza adecuada que necesitan. Como resultado, las piezas adyacentes y la encía que los rodean son susceptibles de sufrir daños.

Tratamientos de la mordida cruzada

Todos los tipos de maloclusiones se tratan con mayor facilidad y efectividad durante la infancia, cuando el desarrollo maxilar aún no ha concluido. Por este motivo, y para detectar posibles problemas, recomendamos llevar a los niños al dentista por primera vez cuando tienen aproximadamente 6 años.

El tratamiento de la mordida cruzada varía en función de la etapa en la que la detectamos. Durante la edad de crecimiento, comprendida entre los 6 y los 12 años, se puede solucionar el problema con un tratamiento de ortodoncia interceptiva, cuyo objetivo es guiar el correcto crecimiento de las bases óseas mandibulares y maxilares.

Realizar estos cambios durante la fase de crecimiento de un niño se puede considerar relativamente fácil, ya que los huesos de la cara aún están formándose.

En adolescentes y personas adultas, en cambio, deberemos determinar qué tipo de tratamiento es mejor para la maloclusión. Ten en cuenta que en estos casos, los huesos de la cara ya están formados, de ahí que no podemos moldearlos como ocurre en el caso de los niños.

Entre los tratamientos más comunes en estos casos, tenemos:

  • Si el origen de la mordida cruzada es dentario, es posible abordar el problema a través de la ortodoncia. En este caso el paciente puede optar por diferentes tipos de ortodoncia, siempre y cuando no existan características específicas por las que no se puede escoger.
  • Ortodoncia y cirugía ortognática. Existen casos de maloclusión más severos que requieren un abordaje diferente. Es el caso de pacientes con una gran desviación mandibular o un paladar estrecho que le impide comer y tragar con normalidad. En estas situaciones, la ortodoncia se debe combinar con un tratamiento quirúrgico de cirugía ortognática. A través de esta intervención, podemos actuar sobre los huesos maxilares con el fin de modificar su tamaño y posición para que la cara tenga una estructura armónica.

Ten en cuenta que estos tratamientos para corregir la mordida invertida repercuten positivamente en la estética y funcionalidad de la sonrisa y el rostro.

En Pedrol Mairal recomendamos llevar a los más pequeños al dentista para poder detectar posibles maloclusiones como la mordida cruzada. Empezar pronto con los tratamientos adecuados puede evitar problemas futuros y significa un ahorro importante de tiempo y dinero.
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